Los niños nos enseñan a compartir alimentos
- Publicado en Visiones sobre el mundo
La desnutrición aguda es el resultado físico del hambre. Es una enfermedad devastadora de dimensiones epidémicas, que padecen 55 millones de niños y niñas menores de cinco años en todo el mundo. Es el resultado de la escasez de alimentos o de una dieta inadecuada. Al año, causa la muerte de más de 3,5 millones de niños y niñas. Estas muertes podrían evitarse con un tratamiento nutricional adecuado.
Pero esta pandemia es, a su vez, un problema social: una carga que condiciona el futuro los niños y niñas que la padecen. Afecta su desarrollo físico e intelectual y a su estado de salud de por vida. Estos niños y niñas serán adultos frágiles a los que les resultará difícil sacar adelante a su familia, perpetuando así el círculo vicioso entre la pobreza y el hambre. Se estima que la pérdida de productividad de una persona que ha padecido desnutrición superará el 10% de los ingresos que obtendría a lo largo de su vida y que un país puede perder hasta el 3% de su Producto Interior Bruto (PIB) a causa de la desnutrición.
Por eso, si la desnutrición supone una pesada carga para millones de niños y niñas en el mundo, la nutrición puede ser una excelente inversión. La mejora del estado nutricional de una población refuerza sus capacidades y estimula el proceso de desarrollo, lo que conduce a una reducción de la pobreza.
Las campañas de concienciación son un buen método para combatir la desnutrición. En este vídeo que mostramos en Generación Natura, habla del instinto natural de los niños a la hora de compartir su comida. La campaña está creada por Acción contra el Hambre, una organización que cuenta con más de 300 cooperantes y 4.600 trabajadores locales con programas de nutrición y salud, agua y saneamiento y seguridad alimentaria.
Combatir la desnutrición y garantizar recursos como el agua y medios de vida seguros a las poblaciones más vulnerables son aspectos que desarrollan numerosas organizaciones internacional, entre ellas, Acción contr el Hambre.
La campaña de concienciación de 2013, muestra un experimento donde los niños comparten su comida sin pensárselo dos veces. Quieren mostrar como el hecho de compartir desde la infancia es un acto natural que debemos mantener para ayudar a los más desfavorecidos. Compartir es vivir.