Autismo en niños, trastorno de neurodesarrollo infantil
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GeneracionNatura.org entrevista a la doctora Inmaculada Palanca, experta en Psiquiatra Infantil.
La doctora Palanca trata niños y adolescentes en el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda en Madrid, donde un equipo de expertos, del que forma parte la doctora Palanca, lleva un programa que se llama CONTEA, de atención a niños con trastorno de espectro autista y que está integrado también dentro de una adaptación en el hospital del espacio y de la ubicación de los profesionales para mejor atender a estos niños cuando acuden al hospital.
Según la doctora, el autismo es un trastorno de neurodesarrollo que se caracteriza por alteraciones en tres áreas del funcionamiento y del desarrollo infantil: la comunicación, la interacción social y los intereses restringidos, intereses repetitivos.
'Es un trastorno que tiene una base genética importante, aunque, las bases genéticas, que tienen una proyección de futuro, y se está investigando muchísimo en esto y creo que es un vía futura incluso para el tratamiento del autismo muy importante, ahora mismo, lo que se sabe es que las bases genéticas son muy complejas, son muy heterogéneas, afectan a muchos genes, además, son grupos de genes distintos a los que afectan. Por ejemplo, a las dificultades en la interacción social y las dificultades en la comunicación' comenta Inmaculada Palanca a GeneracionNatura.org.
Dentro del autismo, encontramos que cada niño es diferente, y, como afirma la doctora Palanca, esto es muy importante decirlo, porque las dificultades que hay en estas tres áreas de interacción, comunicación e intereses restringidos, hay un amplio espectro que va desde el no desarrollo en una de estas áreas, por ejemplo, el no lenguaje, no se desarrolla el lenguaje, a un lenguaje adecuado, cercano a lo normal pero con una serie de características concretas que hacen que también sea considerado dentro de un trastorno espectro autista.
'Es muy característico, muy típico pensar que los niños con espectro autista, con autismo, no tienen contacto ocular, no miran, pero también nos encontramos con niños en los que el contacto ocular puede ser normal, pero, a nivel de la interacción tienen otras serie de dificultades. Por ejemplo, son niños que gesticulan poco, o niños que le cuesta mucho trabajo, aunque quieran relacionarse y desean relacionarse, y no están en esa situación del otro extremo que sería el aislamiento, tienen dificultades para hacerlo' nos comenta la especialista.
'No saben iniciar una interacción, no saben ser adecuados al entorno en el que se están relacionando y fracasan en ese intento de socializarse'.
Esto es importante especialmente en la época de la adolescencia, que es cuando, probablemente, alguno de estos niños busca más la relación con el grupo por lo que ven en los compañeros.
Para la doctora, a nivel de los intereses restringidos, intereses peculiares, también es cierto que hay niños que tienen, por ejemplo, intereses en temas poco adecuados a su edad, o son muy obsesivos con un tema, con una cosa que les interesa, pero esto no siempre se mantiene en este extremo sino que, a veces, se limita a un pensamiento muy rígido, muy inflexible, a un aplicación inflexible de la norma, por ejemplo: “beber alcohol está mal y mis padres no pueden tomar absolutamente nada en la comida porque eso está mal”. Lo que está mal, está mal, y esto es inapelable, inexcusable, y le lleva a generarle situaciones de gran ansiedad por un pensamiento que es excesivamente rígido.
Es muy importante tener en cuenta, según Inmaculada Palanca, que los padres sepan que cada niño es diferente, y que a veces, cuando los padres dicen “pues mi hijo no es autista porque él mira, él es muy cariñoso”, es otro tópico, que los niños con autismo no son cariñosos, rechazan el contacto físico, esto no siempre es así, porque los niños a menudo son muy cariñosos, lo que pasa es que, a lo mejor, le cuesta trabajo captar lo sutil, lo menos explícitamente manifiesto de las emociones de los demás, de las intenciones de los demás, de los pensamientos de los demás, pero pueden ser también niños cariñosos, y en ese sentido a los padres les reconforta en el diagnóstico que tienen.