Compuestos químicos PFOS y PFOA en el recubrimiento de las sartenes, Dr. Nicolás Olea
- Publicado en Reportajes
El catedrático de Medicina e Investigador, doctor Nicolás Olea nos habla de los compuestos químicos utilizados en el recubrimiento de las sartenes y utensilios de cocina, los denominados PFOS y PFOA y que están en el punto de mira de la administración, fundamentalmente de la administración de Estados Unidos.
Ahora es posible ir al mercado y encontrar sartenes con etiquetas que ponen No PFOS, No PFOA; indicando que son sartenes de plástico que no tienen recubrimientos de compuestos perfluorados (PFOS, PFOA). Fundamentalmente porque la administración americana describió hace unos años que los compuestos químicos más abundantes en la sangre del norteamericano medio son los PFOS y PFOA utilizados en los instrumentos de cocina.
Aún no se sabe el efecto sobre la salud de esos compuestos químicos circulando en sangre, se han asociado con el metabolismo y la obesidad, pero no se tienen datos toxicológicos fiables. Lo que sí se sabe es que es un fenómeno importante de exposición en la población norteamericana, por lo cual, comienzan a recomendar el uso de sartenes que no tengan estos compuestos.
En Europa no hay ninguna regulación al respecto, y en el mercado siguen estando ese tipo de sartenes y utensilios de cocina. Los fabricantes, que ya ven que hay una oportunidad de negocio, ya vende, al lado de las sartenes clásicas de plástico, las sartenes sin PFOS y PFOA.
Las sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) son un gran grupo de compuestos que consisten en una cadena alquílica hidrofóbica de longitud variable (total o parcialmente fluorada), con un grupo final hidrofílico. Debido a este carácter anfifílico, estas sustancias tienen un amplio uso en aplicaciones industriales y de consumo que incluyen revestimientos antimanchas de tejidos y moquetas, revestimientos lipofóbicos destinados a productos de papel aptos para el contacto con los alimentos, espumas extintoras, tensioactivos para pozos de extracción minera o petrolífera, abrillantadores de suelos y fórmulas de insecticidas. Las PFAS se han estado fabricando durante más de 50 años, lo que ha llevado a su dispersión por el medio ambiente, entrando en la cadena alimentaria, hasta su inclusión en el Anexo B del Convenio de Estocolmo en 2010, lo cual significa que a partir de ese momento su uso está restringido a una lista definida de aplicaciones.
Un subgrupo importante son los agentes tensioactivos orgánicos (per)fluorados, al que pertenecen los PFOS y el PFOA. Debido a este uso tan extendido, se han detectado los sulfonatos de perfluorooctano (PFOS) y el ácido perfluorooctanoico (PFOA), sus sales y precursores en el medio ambiente, los peces, las aves y los mamíferos.
Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) emitió una opinión científica en febrero de 2008 sobre la importancia de los alimentos en la exposición humana a estas sustancias.
Según el Panel de Contaminantes (CONTAM) de la EFSA, los alimentos, en particular el pescado y los productos de la pesca, parecen ser una fuente importante de la exposición humana a estos contaminantes. Para el PFOA, otras fuentes de exposición no alimentarias, como la contaminación del aire, también contribuyen a la exposición total. El Panel CONTAM reconoció que faltaban muchos datos sobre la contribución de los diferentes alimentos a la exposición humana y que era necesario recopilar más datos. Basándose en los datos existentes, el Panel estableció Ingestas Diarias Admisibles (ADI) tanto para el PFOS como para el PFOA, y concluyó que es improbable que la población media en Europa pueda sufrir efectos negativos para la salud derivados de la exposición en la dieta a estos contaminantes.
Datos tomados de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.