Trabajando para que nuestros mayores no se sientan solos
Crece el número de ancianos en España. A las escasas plazas de residencias públicas se suman las pocas o nulas ayudas económicas por parte de la administración. Pero hay algo que está por encima de todo eso, y es la soledad a la que se ven abocados muchos de nuestros mayores. Afortunadamente, hay empresas que pueden aportar soluciones.
Entrevistamos a Alfredo Curiel, creador de Gesmotec Asistencia, “un proyecto humano dirigido a las personas mayores, que son las grandes olvidadas de esta sociedad, los hijos trabajan, el resto de la familia tiene otras ocupaciones y a los mayores no se les puede atender como lo hacían una generación anterior”, según sus propias palabras.
¿Cómo nació Gesmotec?
Nuestra idea vino motivada desde unas circunstancias personales. Mis padres fallecieron jóvenes y yo no he podido tenerlos en su tercera edad, y también descubrimos que había mucha gente sola, no tanto físicamente, porque sí contaban con el apoyo de su familia, pero en momentos determinados de la semana, que coinciden con las actividades laborales de sus familiares, eran momentos que se les hacía las horas largas… se sentían muy solos.
Generamos una figura conocida como es la Ayuda a Domicilio, pero con un matiz muy diferente, que no se convirtiera en la típica persona que va a recoger una casa, hacer la comida o la compra, sino que tuviera ese calor humano, sin llegar a ser ese hijo que ya no está en la casa, pero sí una persona muy cercana, que le pudiera brindar a esa persona mayor el cariño, apoyo y necesidad en cualquier de sus circunstancias de su día a día.
Por lo que comentas, los mayores lo que buscan es cariño realmente.
Efectivamente. Aunque necesiten que les ayudes con la cesta de la compra, evidentemente porque ya no pueden con ella, lo que quieren es cariño, poder hablar de las cosas cotidianas y, cuando caen enfermos, no sentirse solos. O si es un matrimonio y uno de ellos cae enfermo, sentirse apoyado y que no se asusten.
Las personas mayores buscan una apoyo para el día a día, pero fundamentalmente cariño.
Os convertís en un familiar.
Desde que creamos Gesmotec, allá por el 96, nos destacamos por eso. Cuando una familia nos llama, normalmente los hijos, vamos al domicilio, conocemos a esa madre o padre, o ambos si afortunadamente viven, vemos el entorno familiar en el que están y nos amoldamos a esas circunstancias.
Recuerdas un caso triste con el que os encontrasteis y se transformó a raíz de estar vosotros.
Tendría muchos para contarte, pero hay uno especial que me llegó muy dentro. Teníamos una abuelita en Madrid, tenía 91 años y prácticamente el último año y medio sufrió una circunstancia de abandono. Sus familiares, en este caso hija e hijo, habían metido a una interna en su domicilio que debía ayudar y cuidar en todos los sentidos a esa señora. Desgraciadamente, las personas mayores acobardan mucho, y tardó ese año y medio en confesar a sus hijos que la señora que la cuidaba la abandonaba muchas horas en la casa, la malnutría…, tampoco entendemos cómo sus hijos no vigilaban eso… e incluso la suministraban pastillas para que estuviera dormida profundamente por la noche y la interna pudiera hacer fiestas en la casa.
Cuando llegamos nos encontramos con algo dantesco, una casa enorme con un abandono de limpieza muy importante, pero sobre todo con muchos miedos por parte de María, que así se llamaba la anciana. Una vez que analizamos la situación y la familia nos dio su confianza, metimos allí una interna, pero no para servicio doméstico, que también lo hacía, sino que supiera llevar a la señora al punto de una comida equilibrada para su edad, unos paseos diarios...,en definitiva, que tuviera una vida lo más normal posible para su edad.
Y no sólo conseguimos que esta señora cambiara físicamente, un giro de 180º en cuestión de tres meses, sino que ella misma se animó, empezó a quedar con amigas a tomar un chocolate con churros en una cafetería que tenía en su calle, siempre acompañada por nuestro personal; su vida, como ella misma dijo “hijo, desde que habéis aparecido, mi vida me ha cambiado”.
Murió a los 97 años, muy feliz y rodeada de su familia, y con la misma persona de Gesmotec que estuvo desde el principio. Nuestra filosofía es que la persona que entra a convivir con un mayor se mantenga, lo que no puede ser es que hoy se le envíe a una persona y mañana otra, esa es una de nuestras labores, se puede decir que somos la única empresa que hace eso en España, otras envían una persona, prueban, envían otra… Nosotros trabajamos de una forma personalizada, con una valoración previa.
¿Y si esa persona necesita ayuda de enfermería porque debe ponerse medicación, o tiene dificultades de movilidad: levantarse, ir al baño, comer… También lo hacéis?
Sí, nosotros ofrecemos desde el servicio de una hora diaria hasta el máximo de 24 horas, siempre intentando, en la medida de lo posible, asesorar al cliente y no incurrir en gastos excesivos. Me explico, asesorar quiere decir que si yo tengo un abuelito o abuelita que necesita una ayuda diaria de dos horas, es absurdo meterle una persona cinco horas, lo que supone un ahorro para la persona mayor. Y después tenemos auxiliares de clínica, de geriatría, fisioterapeutas, enfermeras, pero en esa línea: yo no voy a enviarle a una enfermera cuando no hay necesidad.
Y además, con un matiz muy importante, la profesionalidad se tiene que demostrar en todo; me explico, tenemos médicos excelentes en la Seguridad Social, privados, a los cuales nuestros clientes acuden, de lo que se trata es que esas pautas que marcan los médicos se mantengan fielmente en el domicilio.
Entonces no se trata de enviar a una persona muy cualificada en muchos casos, cuando un cuidador bien preparado, un buen profesional a nivel de cariño y todo lo anterior, va a llevarlo perfectamente.
Por ejemplo, nosotros hemos llegado a tener señoras cuidadoras que no han llegado a tener una titulación como ahora se está exigiendo cada día más, que tenían una profesionalidad, un don de gentes, que revitalizaban a las personas mayores. Es una profesión vocacional. Aquí no puedes meter a una persona que por el hecho de ganar un dinero “voy a hacer esto que no me gusta”. Eso se capta.
Esa es una labor importante que nosotros desarrollamos. Para seleccionar a nuestro equipo, hacemos entrevistas donde no sólo se valora el tener un título, se basa en una experiencia, en unas referencias, en ver a la persona, mucho aspecto psicológico porque no todo el mundo vale para estar con una persona mayor.
Las personas mayores, junto con los niños, son lo más importante que tenemos en nuestra sociedad, y en la medida que se pueda seguir cuidándoles.¿Y el precio?
Estamos en un sector muy mal cuidado por temas gubernamentales. Todo el mundo conoce cómo está el sistema de pensiones en este país, nos encontramos con ancianitas que no les llega a final de mes y que piden ayudas a los diferentes ayuntamientos, y que se encuentran o con ayudas muy justas o en situaciones muy precarias, entonces siempre intentamos amoldarnos a las circunstancias familiares; es más, hemos llegado a tener casos en los que no se podía facturar a ese cliente porque no tenía capacidad económica y le hemos presentado personal nuestro para que trabajara con él. Siempre dentro de un orden, nos amoldamos.
¿Caro o barato? Yo siempre diré que todo es caro si lo estás pagando y va mal, y todo es barato si, aunque pagues una cantidad realmente, si el servicio tiene una contraprestación que tú ves en la mejoría.
Y luego siempre es muy importante, y en eso aplaudo a muchas familias con las que nos encontramos, tenemos familias donde sólo hay una pensión, baja, pero los hijos, y en muchos casos sobrinos, hacen un esfuerzo, una aportación, para que entre todos, con Gestomec Asistencia evidentemente, busquemos un cauce; es decir, de lo que se trata es de dar la solución, bien gestionando todo ese servicio, o bien nosotros gestionamos la búsqueda de esa persona y, durante un período de dos meses, continuar con un servicio de seguimiento para que quede perfectamente encauzado servicio de paciente o personas con el trabajador o trabajadora.
¿Qué diferencias existen entre el servicio de Gesmotec y el de una residencia de ancianos?
Como mucha gente la define, las residencias son hoteles de tres, cuatro, cinco estrellas. Están bien si el abuelito, o la abuelita, o el matrimonio están en una circunstancias que, afortunadamente la gente vivimos más años, les apetece salirse de su entorno o tienen la suerte que viven al lado de una residencia pues está muy bien que se trasladen. Porque es verdad que les dan todo hecho, les levantan, las camas se las hacen, cena, comida, desayuno…
Ahora bien, la realidad de un porcentaje todavía alto de este país, es que la gente a partir de cierta edad empieza a tener una serie de dolencias, la residencia es imposible, inviable, incluso económicamente, aunque sea la mejor residencia del mundo, que esas necesidades se las cubran; es un tema puramente económico, mantener a una sola persona por anciano no es viable para una residencia.
Si estamos hablando de las típicas dolencias con un control médico, incluso algunas como puede ser un Alzheimer, que desgraciadamente se está multiplicando mucho la población con esta dolencia, o Parkinson, siempre recomendamos que si se puede, se mantenga en su casa. ¿Por qué? Porque está comprobado que ciertas dolencias, como las que acabamos de mencionar, el paciente se va a sentir más seguro en su propio domicilio, en su propio hábitat, en su entorno con los vecinos. Lo que parece una tontería, algo tan simple como un “Hola, buenos días” al vecino de toda la vida cuando bajen a dar un paseo, eso al nivel psiquiátrico, mental, psicológico, como queramos definirlo, es muy importante para ese anciano.
Entonces siempre recomendaré el domicilio, el entorno donde ha vivido siempre esa persona influye muchísimo. Tenemos casos, desgraciadamente, de gente que han decidido, la mayoría de veces las familias, que se podían manejar con un apoyo o una ayuda, han ido a residencias y han fallecido. Y lo han hecho por tristeza, parece de película, pero es real. La tristeza les lleva a situaciones muy duras a nuestros mayores.
Por supuesto, luego tenemos el otro extremo, personas que no son válidas, y hay que ser realistas, una persona no válida mantenerla en un domicilio son costes muy elevados, además con ayudas cero por parte de las administraciones, entonces no queda más remedio que acudir a medios de grúas, personal… la infraestructura de una residencia.
Pero ese término medio donde la gente va cumpliendo años, sesenta y siete, setenta y tantos, incluso noventa… Por experiencia en estos veinte años, te puedo decir que tenemos señoras con noventa y seis años que ya quisiera yo tener la salud que tienen ellas. Te puedo hablar el caso concreto de una señora que se toma todos los días su Martini. Tiene un tema de corazón, está controlada médicamente, pero el médico le ha dicho que siendo mayor y la edad que tiene no la va a privar de que se tome un Martini, y se lo toma todos los días. Y un fin de semana y otro no, también se toma un whisky.
Con esto qué quiero decir, que estamos teniendo una sociedad muy envejecida y que no hay que abandonarla, que hay que cuidarla; aso sí, sin engañar a la gente, hay que tener cuidado, que también tenemos casos, dentro de mi propio sector, donde se está metiendo gente cobrando unas cantidades desmesuradas, o temas más delicados como robos, engaños…, etc.
Yo ahí siempre apostaré por una ayuda en casa en la medida que sea necesaria, y nunca más tiempo del que sea necesario.
Gesmotec Asistencia forma parte del Directorio de Empresas Sostenibles de GeneracionNatura.org