Qué es el psicoanálisis y cómo puede ayudar a la salud mental de la sociedad actual
Desde que Sigmun Freud (1856-1939) sentara las bases del psicoanálisis, los secretos de la mente humana y su lectura han tomado otra dimensión. Otros estudiosos han continuado su labor, siempre en busca de la interpretación más certera de los procesos que rigen el comportamiento del hombre y sus patologías mentales y que se esconden en lo más profundo de su pensamiento. Conozcamos qué es el psicoanálisis y cómo puede ayudarnos a saber más de nosotros.
Entrevistamos a la experta psicoanalista Pilar Dasí Crespo.
¿Qué es para ti el psicoanálisis?
El psicoanálisis, desde principios del siglo XX, es una forma de vida. ¿Por qué? Porque si Freud empezó interesándose por las neurosis, también es cierto que la Primera Guerra Mundial influyó mucho sobre él y el desarrollo de su teoría, planteándose los grandes retos a los que nos íbamos a enfrentar a lo largo del siglo XX.
Piensa que Sigmun Freud murió en 1939, es decir, que ya sabía del ascenso de los nazis en Alemania y la creación de un nuevo paradigma social que iba a cambiar el mundo, por lo tanto, el psicoanálisis, de forma sencilla, te diría que es un modo de pensar, es un constructo teórico y una actitud ante la vida.
¿Qué papel puede ejercer el psicoanálisis en la sociedad contemporánea?
Si antes hablaba de Freud, ahora voy hablar de Jacques Lacan. Desde que irrumpió en el panorama psiquiátrico francés y en el psicoanalítico del mundo entero, y ya no hablando de la Primera Guerra Mundial sino de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, el psicoanálisis se convirtió en un modo de pensar, de articular la teoría. Al punto de que ningún pensador que se precie ignora el psicoanálisis.
¿Por qué piensas que hay una mala relación entre los profesionales de la psicología y los psicoanalistas?
Quizás, al hilo de tus preguntas, te diría que, precisamente, por eso. El psicoanálisis no es una terapia como las demás. No es una terapia que piense que, al ser hablante se le puede curar con recetas o con voluntad, sino que, partiendo de la conceptualización freudina y lacaniana, el psicoanálisis, lo que da lugar, es a la posibilidad de que el sujeto sepa de sí mismo.
Por lo tanto, esto es un enfrentamiento lógico, que debía no ocurrir, pero ocurre con el resto de las psicoterapias.
¿Cuál crees que es el mayor enemigo o el mayor problema que puede enfrentarse el psicoanálisis hoy en día?
Pues voy a citar a Lacan, el mayor problema que tiene el psicoanálisis es morir de éxito. Porque si hay un discurso que puede hacer contrapunto al discurso capitalista en el cual todos somos mercancías, es precisamente el discurso analítico, para el cual, la posición del sujeto es lo más importante a considerar en el vínculo social.
Se tiene la idea extendida de la complejidad teórica del psicoanálisis, ¿eso es cierto, o se puede aproximarse a él en términos sencillos sin menoscabar o desvirtuar los conceptos?
Desvirtuar los conceptos en la historia del psicoanálisis ha ocurrido mucho, precisamente, a raíz de la Segunda Guerra Mundial muchos psicoanalistas judíos tuvieron que emigrar a Estados Unidos, eso dio una configuración al psicoanálisis en ese país muy diferente al que se ha practicado y teorizado en Europa, por ejemplo.
Te contesto de forma muy sencilla, Freud es aparentemente fácil de leer, pero para mí, es de una complejidad inagotable. Sin embargo, Lacan, que se presenta como un autor más oscuro, más barroco, complicado..., como es implicable desde una lógica, diría cuasi matemática, para mí resulta muy sencillo aprender psicoanálisis a partir de los postulados de Jacques Lacan. Ese es el reto, precisamente, para que el psicoanálisis no muera de éxito, mantener la complejidad conceptual sin rebajar los planteamientos y, al mismo tiempo, poder hacer una trasmisión entendible para el público amplio.
Por ejemplo, tú vienes del cine, y es evidente que casi sin palabras, muchas palabras transmiten conceptos psicoanalíticos que no tienen por qué ser el nudo borromeo, el sujeto barrado, esas palabras que empleamos a nivel psicoanalítico, pero sí se tiene la metodología, sí se sabe ver en el cine cómo, precisamente, los grandes cineastas trasmiten muchos elementos psicoanalíticos de una forma muy sencilla, no sencilla en el sentido de las palabras, sino que llegan al corazón.
Te voy a nombrar unos términos psicoanalíticos, y me gustaría que respondieras con la máxima sencillez su significado: Objeto A.
Es ese resto incognoscible, matemático, por lo cual, el hombre no sabe todo de sí mismo.
Fantasma.
Fantasma es la forma en que cada uno de nosostros nos relacionamos con nuestros objetos y dan el marco de pensamiento para cada uno de nosotros.
Fantasmático.
Esto quiere decir que hemos hecho un análisis de cualquier problemática a partir de nuestra realidad fantasmática, nuestro modo de ver los objetos, y eso no es universal.
Lo real.
Es el modo lacaniano de hablar del inconsciente. Es el modo de decir que, así como Copérnico y Darwin produjeron en la historia del hombre dos heridas narcisistas, porque ni la tierra es centro del universo, ni el hombre es el rey de la creación, Freud introdujo un nuevo elemento: el inconsciente. A ello, Lacan lo matematiza y lo denomina Lo real, no sabido, pero que opera en cada uno de nosotros.
Lo simbólico.
El modo que tienen los pueblos de articular unas formas de convivencia. Desde el semáforo en rojo y verde, que indica que puedes pasar o no, a las grandes leyes, a la forma en que los políticos tratan de articular la realidad social o la escuela enseña a los alumnos, o los ritos funerarios o de iniciación. Todo ese conglomerado de saber de la historia de la humanidad es lo que Lacan llama lo simbólico.
Lo imaginario.
Se trata de la forma en que solemos relacionarnos con el otro, es la forma imaginaria de cubrir lo que el otro dice a partir de nuestro fantasma. Por lo tanto, lo imaginario, lo que da a cuenta, es que el emisor dice y lo que el receptor escucha no son elementos simétricos.
Nudo borromeo.
Es la forma de Lacan de trascender en los últimos años de su vida un ser basado en el ser de la Filosofía, en la dicotomía cuerpo/alma, que es uno de los elementos fundamentales de la Filosofía, y constituir, más allá del ser de pensamiento, un ser que piensa sin saber lo que piensa. Es, al fin y al cabo, la articulación de los tres elementos que tú me has preguntado: lo imaginario, real y simbólico están enlazados, y, cuando no lo están, se producen las grandes patologías, como, por ejemplo, la psicosis.
Es necesario que lo imaginario, lo real y simbólico se articulen en el ser humano para que tengamos un cierto grado de salud mental.
Sujeto barrado.
Quiere decir que el sujeto no tiene identidad. Que, precisamente, un sujeto no barrado sería un sujeto susceptible de tener identidad. La identidad de cada uno de nosotros se forma con las identificaciones que hacemos a otros personajes importantes de nuestra vida, de nuestra historia; por eso Lacan lo simplifica diciendo... el sujeto está barrado por sus identificaciones. No está completo y necesita completarse con otro elemento, ese elemento es Objeto A.
Neurosis.
Es la forma más saludable de vivir. Neurosis es un concepto que viene de la psiquiatría clásica, y Freud siempre fue coherente con ella en este sentido. Dijo que los sujetos nos dividíamos en neuróticos, perversos o psicóticos. Entonces, la neurosis es un modo de habitar el mundo, un modo de sufrir por lo que nosotros sabemos por nosotros mismos, y disimular ante los demás nuestros pequeños dolores, nuestras inconveniencias en el sentido de que, lo que somos, aspiramos a ser, lo que desearíamos ser, lo que nosotros nos dicen que somos... no es algo totalmente uniforme, sino que sufre muchos avatares.
Eso es la neurosis, sufrir de eso.
El Otro, con mayúscula.
El Otro es, precisamente, la forma de nombrar la simbólico. Es decir, todas esas normas sociales que nos ponemos para convivir es lo que constituye al gran Otro. El problema es que en el Siglo XXI, con la caída de los grandes paradigmas políticos, con los cambios en la paternidad y maternidad, vivimos en una época donde el Otro no está muy valorado. Y eso va en detrimento de la posibilidad de hacer lazo social, y la posibilidad, en cambio, de la acumulación del capital en muy pocas manos.
Nos hace falta un Otro referencial para poder vivir.
El otro, con minúscula.
Los semejantes. El otro, en minúscula, quiere decir que nosotros nos relacionamos con los semejantes, y son nuestros pequeños otros que nos constituyen como Yo.
¿Cuáles crees que son las nuevas enfermedades psíquicas actuales y que antes no se manifestaban?
No hay nuevas enfermedades psíquicas. Lo que hay son nuevas formas del síntoma. Las enfermedades psíquicas son las mismas: la histeria, la neurosis obsesiva, la paranoia, la esquizofrenia... Pero en Siglo XXI, en la medida que la mente humana es muy permeable a lo social, se articula en función de las nuevas formas que toma el síntoma de nuestro siglo, por ejemplo, la anorexia y al bulimia, por ejemplo, el trastorno límite de personalidad es una consecuencia de la caída del Otro, que me preguntabas antes. También las fibromialgias, que son las antiguas histéricas freudianas, pero que ahora, con las medicaciones, toman nuevas formas, los dolores por todo el cuerpo...
Los síntomas son los de siempre, las formas tienen que ver con la época que estamos viviendo.
Hoy en día, se ha normalizado y naturalizado la convivencia de enfermos psíquicos con la vida cotidiana, ¿crees que sigue habiendo un tabú social?
Sí, afortunadamente, aunque yo soy psicoanalista, reconozco el valor de los neurolépticos en el caso de la psicosis, lo que permite que los sujetos psicóticos, en lugar de estar marginados de la sociedad, logren y puedan desarrollar sus grandes potencialidades.
Yo siempre digo que la psicosis no es un déficit, sino un superávit de inteligencia. Por otro lado, el desarrollo de la ciencia y el psicoanálisis han permitido una normalización, pero me temo que, ante las penurias económicas, se reproduzcan brotes de marginalidad en los enfermos mentales como ocurrió en la época de Hitler. Los primeros eliminados en Alemania no fueron los judíos, los gitanos, los luchadores por la Guerra Civil Española..., fueron, precisamente, los enfermos mentales; y los nominaron como "sujetos improductivos", y allí empezó la gran matanza de los nazis.
Cualquier régimen político que se incline hacia el fascismo aumentará la marginación de los enfermos mentales y los dependientes, y eso es un problema para el conjunto de sociedad.
¿El arte y el psicoanálisis son compatibles?
No sólo son compatibles, sino precisamente Freud decía una frase: "Los psicoanalistas balbuceamos lo que los artistas saben contar".
Se refería concretamente a los poetas, que son los que, a través de la metonimia y la metáfora, logran condensar lo que nosotros balbuceamos. Si repasas la obra de Freud, verás como siempre coge ejemplos de la literatura, pintura, para explicar grandes paradigmas psicoanalíticos.
El arte es vanguardia, va por delante de la sociedad, por lo tanto, el psicoanálisis se fija en él, inevitablemente, para poder estar en su lugar de salida adecuado y poder vislumbrar los cambios que se producen en los sujetos como efecto de los cambios sociales, de los cuales, el arte es vanguardia.
Al hilo de lo que has mencionado, me gustaría preguntarte: ¿El psicoanálisis es compatible con la política?
Hasta el 15M, sobre todo en España, los políticos han despreciado el psicoanálisis. A partir de esa fecha, por actitud política, ideológica, filosófica, el psicoanálisis está en todas partes.
En Francia no ha sido siempre así. Los intelectuales y políticos franceses, algunos sí han tenido más consideración al psicoanálisis, por ejemplo, el abogado de Lacan fue Ministro del gobierno francés. Yo creo que es imprescindible saber psicoanálisis para entender la política hoy, porque el psicoanálisis es lo único que considera lo real, y, precisamente lo real, es lo que se suelta de las encuestas.
Las encuestas analizan los datos matemáticamente sin tener en cuenta lo real. Y, aunque introduzcan variables como el voto oculto, o ciertas identificaciones, que ya están en Freud, por cierto, hoy se sabe perfectamente que la actitud de la sociedad cambia, y sólo desde el psicoanálisis se pueden entender.
Tenemos el ejemplo de Ernesto Laclau, Slavo Zizek, Jorge Alemán, Rithee Cevasco..., grandes intelectuales, sociólogos, psicoanalistas, que consideran hoy a Freud un elemento vertebrador de la política y, sobre todo a Lacan, el paradigma de los saberes para entender la nueva política.
Pilar Dasí Crespo es licenciada en psicología. En sus comienzo se interesó por la psicología social y por la psicología clínica. Actualmente es psicóloga clínica y psicoanalista. Siempre le ha interesado activamente el arte, la literatura, el diseño, la arquitectura, la política y la memoria histórica. Tiene una dilatada carrera en la docencia, ha publicado numerosos artículos y ha participado en cursos e investigaciones, además de tener responsabilidades institucionales. Hoy en día, es una destacada psicoanalista en el ámbito nacional. Es miembro activo del Foro Lacaniano de Valencia y ocupa un destacado lugar en el Colegio de Clínica Psicoanalítica de Valencia.
Entrevista realizada por Pablo Ferrando
Doctor en Comunicación y Profesor de la Universidad Jaume I de Castellón.
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