Cómo remediar la falta de sueño y el cansancio cuando se ha tenido un bebé
Cuando llega un bebé a casa nos colma de felicidad, pero también tiene unas consecuencias colaterales importantes, como es la falta de sueño, el cansancio y agotamiento. ¿Qué podemos hacer para remediarlo?
Este problema recibe el nombre de baby lag, y es el efecto que, ocasionada por la necesidad de atender al bebé, produce en los padres y madres recientes.
El término es un concepto tomado del jet lag, desequilibrio entre nuestro reloj biológico y los husos horarios causado por los largos viajes en avión. Sus consecuencias para los nuevos padres son, entre otras, cansancio extremo, falta de atención y de memoria, y mayor irritabilidad, lo cual puede acarrear consecuencias más graves.
Para analizar las dificultades de los padres recientes para conciliar un sueño de calidad se ha realizado una encuesta entre un millar de madres de niños entre cero y cuatro años. Según sus resultados, un 77% de ellas afirmó haber sufrido privación de sueño en los primeros meses de su maternidad. Casi la mitad (el 44%) durmió solo la mitad de las ocho horas recomendadas y casi un tercio (el 31%) se despertó tres veces o más durante la noche. El 42% se manifestó "más cansado de lo que se había sentido nunca antes", y el 17% admitió actuar "en piloto automático durante el día".
Pero qué es la privación de sueño. Se entiende por tal, cuando una persona no duerme más de seis horas y media por noche al menos varias semanas consecutivas. "Cuando los padres se despiertan varias veces por la noche rara vez entran en la etapa final de sueño profundo, lo cual niega a sus cuerpos la posibilidad de recargarse y prepararse para el día siguiente", afirma el científico Dev Banerjee-.
Según Banerjee, si esto sucede noche tras noche, puede repercutir en tiempos de reacción más lentos, falta de concentración y afectar a la memoria y la capacidad de resolución de problemas. A menudo, el baby lag se hace evidente en acciones que resultan sorprendentes, como confundir un frigorífico con el armario, quedarse dormido en el baño, o tender la ropa seca; pero también podemos tener olvidos más peligrosos, como dejar encendida la plancha o no apagar el fuego después de cocinar.
Pero os vamos a dar algunos consejos o trucos para procurarse un mejor sueño durante esta etapa y evitar el baby lag:
• Dormir cuando el pequeño también duerme. Hay que aprovechar cada momento y cuando el niño lo hace puede ser un buen momento, aunque echemos una cabezadita de día. Si bien es la noche cuando el reloj interno del cuerpo marca la necesidad de dormir, es mejor hacerlo en otras horas que no hacerlo. Por eso, conviene dormir cuando el pequeño también duerme. Nos proporcionará algo de descanso y reducirá el baby lag.
• Intentar que el niño descanse más. Cuanto mejor duerma el niño, mejor lo podrán hacer también sus padres. Hay distintas técnicas para lograrlo. Ayuda mucho a creación de rutinas, que en general incluyen un baño, un masaje, la lectura de un cuento, etc., todo en un clima de relajación y serenidad. Es posible a partir del tercer mes, antes, el bebé todavía no se adapta a los horarios. En esa fase, la principal recomendación es tener paciencia.
• Vida tranquila y estar relajados. A partir del cuarto mes los niños normalizan sus ritmos de sueño, lo que nos brinda algo de tranquilidad. Por lo demás, estar relajados favorece conciliar el sueño más rápido, lo cual permite sacar el máximo partido al tiempo disponible. También conviene evitar las bebidas con cafeína y la comida demasiado abundante.
• Hacer turnos para dormir entre el padre y la madre. Es un buen sistema para aprovechar los momentos. El descanso por turnos puede ayudarnos a recargar las pilas.
Fuente: Consumer
Fotografía: Inhabitots.com