Investigadores del CSIC consiguen leche rica en Omega-3 de forma natural
Un estudio elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Córdoba ha desarrollado una nueva estrategia para obtener de forma natural leche rica en ácidos grasos omega‐3, nutrientes asociados con la disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El procedimiento evita que estos ácidos grasos con los que se suplementa la dieta del ganado transiten por el rumen y sean alterados por los microorganismos que allí residen.
Los ácidos grasos omega-3 ingeridos en la dieta son incorporados a la grasa láctea en un porcentaje que multiplica por 50 los valores habituales presentes en la leche.
La técnica, descrita en la revista Journal of Dairy Science, se basa en conseguir que los ácidos grasos omega‐3 con los que se suplementa la dieta del ganado lleguen intactos al intestino delgado, evitando su paso por la cavidad principal del estómago de los rumiantes, el rumen.
La leche es un alimento muy pobre en ácidos grasos omega‐3. Hasta el momento, la mayoría de los intentos para enriquecer la leche en omega‐3 de forma natural se basaban en un aumento de la cantidad de este tipo de ácidos grasos en la dieta del ganado. Sin embargo, cuando los ácidos grasos omega‐3 transitan por el rumen, los microorganismos presentes los modificaban enzimáticamente, convirtiéndolos en otros ácidos grasos sin su valor biológico.
De esta forma, sólo una cantidad muy reducida de ácidos grasos omega‐3 se transfiere a la grasa láctea finalmente. Para evitar esa transformación enzimática, denominada biohidrogenación, esta investigación ha centrado sus esfuerzos en evitar que los ácidos grasos transiten por el rumen para que lleguen intactos al intestino.
Para ello, se han empleado cabras entrenadas desde su nacimiento para mantener activo el reflejo de la gotera reticular en la edad adulta, siendo por lo demás rumiantes funcionales. “El reflejo de la gotera reticular es un mecanismo natural que poseen los rumiantes durante las primeras semanas de vida, que permite que la leche ingerida no pase por el rumen. Este mecanismo desaparece cuando los animales son destetados. Para mantener el reflejo de la gotera reticular, se ha hecho uso de estímulos sensoriales, principalmente visuales, ofreciendo diariamente en un biberón una pequeña cantidad.
Fuente: CSIC