¿Es tan malo el azúcar como dicen?
Se calcula que una persona consume unos 61.3 kilos de azúcar por año. Es muchísimo si consideramos que el azúcar no es un nutriente, sino sólo un aditivo, cuyo único mérito es que provee de energía inmediata. ¿Pero es buena tanta cantidad o es mala?
La opinión sobre el consumo de azúcar está dividida. Por un lado, hay quien lo consideran como un veneno para nuestro organismo y, por el otro, hay quien lo considera beneficioso y una fuente de energía rápida, e incluso hay quién la asocian a una sensación de felicidad.
El azúcar es el alimento del cerebro por excelencia. Esto no quiere decir que si comemos mucho azúcar vamos a ser más inteligentes. Quiere decir que el cerebro absorbe los nutrientes de todo lo que comemos, en la cantidad que necesita, y el azúcar es uno de sus "alimentos" favoritos. Por eso, cuando hacemos esfuerzos mentales mayores de los normales (un exámen, trabajos, cálculos mentales, redacciones, etc), los azúcares son nuestros mejores aliados.
El problema está cuando la cantidad del azúcar es mayor al necesario. Galletas, bollería, refrescos, etc, a este tipo de alimentos se les suman muchos otros a la hora de hacer balance de la cantidad de azúcar que podemos llegar a ingerir en el día. Además de los caramelos, chocolates varios y golosinas es importante considerar también las mermeladas, salsas preparadas y alimentos de los que en principio no se suele sospechar demasiado como los cereales de desayuno, el cacao soluble, los zumos y bebidas “para deportistas”.
Es por ello que determinados productos tienen vetada su presencia en colegios y centros educativos por su escaso valor nutricional. En España, contamos con un Documento de consenso sobre la alimentación en centros educativos que regula estos aspectos. Su consumo en exceso está directamente relacionado con la obesidad infantil.
En resumen. Los españoles consumimos demasiado azúcar. Tal y como puso de relieve la encuesta ENIDE 2011 sobre hábitos de consumo en España. Es destacable que alrededor de un 20% de nuestra ingesta energética se realiza a partir de hidratos de carbono simples, es decir, de los denominados azúcares. Una cifra a tener en cuenta cuando la mayor parte de instituciones sanitarias aconsejan reducir el consumo de este tipo de nutriente a menos del 10% de la ingesta energética diaria.
El azúcar no es malo, nuestro cerebro lo necesita, simplemente se debe consumir en pequeñas cantidades y sobre todo controlar la ingesta en los niños.
Redacción: Berta Baídez
generacionnatura.org