Motivos para reciclar las latas de conservas
Las latas de conservas se reciclan todas con un sencillo gesto: depositarlas en el contenedor amarillo. A partir de ahí comienza un complejo sistema que aprovecha sus materiales, acero y aluminio, de forma indefinida y sin perder sus propiedades. Los beneficios ambientales, económicos y sociales de reciclar las latas son muy diversos.
Este artículo ofrece seis razones para concienciar a los consumidores de la importancia del reciclaje de las latas de conservas:
1- El contenedor amarillo aprovecha todo
Javier Álvarez, director de Ecoacero, la asociación para el reciclado de la hojalata, explica que las latas de conservas son en general de acero, aunque también se utilizan de aluminio. Olga Roger, directora de comunicación de Arpal, la asociación para el reciclaje del aluminio, matiza que cada vez hay más latas de conservas de aluminio, como las natillas, los envases de precocinados o los quesos de untar. Ambos materiales son cien por cien reciclables y todas las latas depositadas en el contenedor amarillo se recuperan y reciclan en acerías y fundiciones, destacan ambos expertos.
2- Reciclar las latas beneficia al medio ambiente
El reciclaje de una lata de conserva evita el uso de nuevas materias primas y energía. Según datos de la European Metal Packaging (Empac), el acero elaborado al 100% a partir de chatarra precisa de un 75% menos de energía que el producido con materia prima virgen. En el caso del aluminio, este porcentaje crece hasta el 95%.
3- Tirar mal las latas mal perjudica el reciclaje
El complejo sistema de recuperación y reciclaje de residuos supone costes importantes para la sociedad. Por tanto, cada lata que no se deposita en el contenedor amarillo y acaba su vida tirada en el entorno o en un vertedero "evidencia una carencia de compromiso cívico", considera el responsable de Ecoacero.
Una lata con restos de alimento o líquido no supone un problema técnico, pero influye en la calidad de la gestión y en la seguridad y salubridad de las instalaciones y sus operarios. Por lo tanto, los consumidores contribuyen a mejorar el reciclaje si depositan las latas de conservas vacías.
4- El acero y el aluminio tienen una vida infinita
El acero y el aluminio son materiales que no pierden sus propiedades y se pueden reciclar tantas veces como se quiera. El responsable de Ecoacero recuerda que los envases de acero se reciclan desde mucho antes de la implantación, en 1998, del modelo de recogida selectiva de envases mediante contenedor amarillo. "El ciclo de producción, recuperación y reciclaje se repite una y otra vez. Hoy utilizamos acero fabricado por primera vez hace 150 años y que ha pasado por muy diversas aplicaciones", explica Álvarez.
5- Latas cada vez más ligeras y fáciles de reciclar
Nieves Rey, responsable de comunicación de Ecoembes, la asociación que gestiona los contenedores amarillo y azul, recuerda la labor de la industria por lograr latas de conserva cada vez más ligeras y fáciles de reciclar. Según datos de la Empac, en los últimos 20 años las latas de aluminio son un 28% más ligeras, y los envases alimentarios de acero un 33%.
6- Las latas de conserva son una "caja fuerte" bicentenaria
Las latas para conservar alimentos se inventaron hace más de 200 años. Su resistencia y seguridad frente a ataques externos (gases, luz, microorganismos) mantienen durante varios años su contenido en perfectas condiciones. "Cada lata es una caja fuerte", afirma Javier Álvarez.
Fuente: consumer