Proyecto de ONU para salvar los manglares del Caribe
La tala indiscriminada, la industria turística no sostenible, el desarrollo urbano... son causas de la degradación de los manglares, unos hábitats fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas. Ahora el Proyecto Manglares quiere poner solución al problema.
¿Qué son los manglares?
Los manglares se denominan así por el mangle, tipo de árbol dominante del lugar. Son bosques pantanosos que viven donde se mezcla el agua dulce del río con la salada del mar. En estos lugares de encuentro relativamente tranquilos: estuarios, bahías, lagunas, canales y ensenadas viven estos árboles que muestran a quien quiera ver sus raíces aéreas. Todo un espectáculo para amantes de la naturaleza y fotógrafos diestros, pero mucho más que esto: los manglares son fuente de vida y de alimento.
Hábitat de multitud de organismos.
Los bosques de manglar dan cobijo a gran número de organismos, que habitan desde las raíces enterradas en el lodo de estos árboles hasta las hojas más altas de sus copas. Las bacterias y los hongos. importantes para descomponer la materia orgánica, viven en sus troncos. Las aves, muchas de ellas migratorias, los reptiles, los anfibios y también los mamíferos forman parte de la biodiversidad que encontramos en estos ecosistemas.
Sus raíces, son hábitat de muchos tipos de microorganismos y brindan nutrición y refugio a innumerables especies marinas que llegan a los estuarios y a las desembocaduras de los ríos para reproducirse, desovar e incluso, pasar un periodo de su vida “jóven” bajo la protección de este ecosistema. Es importante subrayar que un 80% de las especies marinas dependen del manglar para subsistir.
Este ecosistema funciona como filtro de los sedimentos y las sustancias contaminantes que llegan al mar desde ríos lejanos. También sirven para amortiguar las inundaciones absorbiendo y almacenando el agua, además de ser importantes para proteger las costas de la erosión y fijar la arena en las playas.
También realiza un papel importante en la mitigación al cambio climático, ya que este ecosistema almacena cinco veces más carbono que los bosques tropicales. Pero además, reduce significativamente el impacto de marejadas, huracanes y hasta de los tsunamis en algunos casos.
El manglar es fuente de supervivencia para las comunidades locales: proporciona trabajo, alimentos y protección. También pueden crear nuevas oportunidades de ingresos económicos, gracias al ecoturismo por ejemplo. Además, aportan beneficios intangibles ya que son fuente de inspiración y espiritualidad y sirven de refugio a culturas ancestrales.
Amenazas de los manglares
Durante décadas, sus árboles han sido talados de manera indiscriminada para utilizar la madera como combustible, así como para ocupar sus espacios por diversas construcciones y obras de infraestructura. En muchos casos estos bosques compiten con la industria turística, el desarrollo urbano, los puertos y los muelles.
También han sido víctimas de las explotaciones agrícolas y ganaderas, para producir sal y para criar de manera intensiva peces y camarones.
La mala gobernanza de las organismos públicos también juega un importante rol en su degradación y destrucción, ya sea por la falta de recursos institucionales, financieros o técnicos para su desarrollo sostenible y monitoreo del ecosistema, o bien por el desconocimiento sobre su importancia y la inextencias de legislaciones que protejan los manglares.
El proyecto manglares
Para proteger una parte de estos manglares, la ONU ha creado el proyecto Manejo Integrado de las zonas costeras y gestión sostenible de los manglares en Guatemala, Honduras y Nicaragua, conocido como Proyecto Manglares. Se trata de trabajar de manera integral en las costas del Caribe creando estudios de valoración económica de los recursos, elaborando políticas de planificación costeras municipales, y promoviendo investigaciones sobre los impactos de los planes de desarrollo sobre los ecosistemas costeros.
A través de ellos se elaboran informaciones y se obtienen datos que pueden concienciar a los tomadores de decisiones y usuarios de los recursos sobre la importancia de los mismos a fin de apoyarles para que adopten un enfoque ecosistémico.
Si la destrucción de los manglares continúa, además de la gran pérdida biológica para los biomas acuáticos, también supondría consecuencias graves para las personas de las zonas costeras que dependen de estos ecosistemas, por ello, también se quiere ayudar a las comunidades locales, a través de la promoción de alternativas económicas, para que adopten medidas que hagan más sostenible la utilización de estos bosques.
Fuente: ONU
Fotografía: mangrove.at