¿Qué es la Huella Ecológica?
La huella ecológica se define como el total de superficie ecológicamente productiva necesaria para producir los recursos consumidos por un ciudadano medio de una determinada comunidad humana, así como la necesaria para absorber los residuos que genera, independientemente de la localización de estas superficies.
La filosofía de cálculo de la huella ecológica parte de los siguientes aspectos:
> Para producir cualquier bien o servicio, independientemente del tipo de tecnología utilizada, se necesita un flujo de materiales y de energía, provenientes, en última instancia, de sistemas ecológicos o del flujo de energía directa del Sol en sus diferentes manifestaciones.
> Se necesitan sistemas ecológicos para absorber los residuos generados durante el proceso de producción y el uso de los productos finales.
> El espacio es también ocupado con infraestructuras, viviendas, equipamientos ... reduciendo así las superficies de ecosistemas productivos.
Aunque este indicador integra múltiples impactos, hay que tener en cuenta entre otros, los siguientes aspectos que subestiman el impacto ambiental real:
* No quedan contabilizados algunos impactos, especialmente de carácter cualitativo, como son las contaminaciones del suelo, del agua, y la atmosférica (a excepción del CO2), la erosión, la pérdida de biodiversidad o la degradación del paisaje.
* Se asume que las prácticas en los sectores agrícola, ganadero y forestal son sostenibles, es decir, que la productividad del suelo no disminuye con el tiempo.
* No se tiene en consideración el impacto asociado al uso del agua, a excepción de la ocupación directa del suelo por embalses e infraestructuras hidráulicas y la energía asociada a la gestión del ciclo del agua.
* Como criterio general se procura no contabilizar aquellos aspectos para los que existan dudas sobre la calidad del cálculo. A este respecto, también se tiende siempre a elegir la opción más prudente a la hora de obtener resultados.
Otro concepto complementario es el de biocapacidad de un territorio, que se define como la superficie biológicamente productiva (cultivos, pastos, mar productivo o bosques) disponible. La diferencia entre la huella ecológica (demanda de recursos) y la biocapacidad (recursos disponibles) se define como déficit ecológico.
CALCULA TU HUELLA ECOLÓGICA
Para introducirnos en este concepto y hacer una estimación de nuestra propia huella tenemos a nuestra disposición calculadoras web que nos muestran cómo de sostenible es nuestra presencia en el Planeta. Como patrón común estas herramientas suelen tratar las siguientes áreas:
Energía: Empleo de energía en el hogar. Cálculos globales por tipo de energía al año, así como del gasto que suponen.
Agua: Estimación de porcentajes de consumo sobre la media y de las consecuencias de generalizar tu estilo de gasto de agua.
Transporte: Cuántas vueltas completas podrías dar al Planeta sumando todos desplazamientos en un año.
Residuos y materiales: Cantidad de basura que se genera en el hogar por persona y porcentajes de materiales reciclables.
Myfootprint es la primera de ellas y mediante un cuestionario 27 sencillas preguntas podremos comparar nuestra huella ecológica con la de otras personas y descubrir cómo podemos reducir nuestro impacto sobre la Tierra.
Nuestra huella ecológica se expresa en hectáreas globales (gha), que son unidades estandarizadas que toman en cuenta las diferencias en productividad biológica de los diversos ecosistemas que reciben el Impacto de nuestras actividades de consumo. Su huella se divide en cuatro categorías de consumo: Carbono (energía en el hogar y el transporte), alimentación, alojamiento, bienes y servicios. Y se relaciona con los tipos de ecosistemas: cultivos, pastos, bosques y pesquerías
Fuente: www.ecointeligencia.com