Nuevos aditivos para el hormigón con dióxido de titanio para mejorar la calidad del aire en las ciudades
El proyecto, denominado "Visible LIGHT Active PhotoCATalytic Concretes for Air pollution Treatment" (Light2CAT), tiene como objetivo desarrollar nuevos aditivos para el hormigón.
El Instituto Tecnológico de la Construcción de la Comunidad Valenciana (AIDICO) participa en un proyecto europeo en el que varios expertos están estudiando mejorar la calidad del aire en las ciudades a través del hormigón. Ese proyecto, denominado "Visible LIGHT Active PhotoCATalytic Concretes for Air pollution Treatment" (Light2CAT), tiene como objetivo desarrollar nuevos aditivos para el hormigón en base al dióxido de titanio para mejorar la calidad del aire en las ciudades. Según han explicado desde AIDICO en un comunicado, ese componente se aplica en el hormigón que se utiliza en las estructuras de los edificios de toda Europa y se activa con la luz visible o solar purificando el aire.
El proyecto está formado por un consorcio europeo de empresas, instituciones gubernamentales y centros de investigación de Dinamarca, Suecia, Reino Unido, Italia y España para demostrar a escala real la eficacia fotocatalítica de dichos materiales de construcción.
Según AIDICO, la necesidad de mejorar la calidad del aire en los países europeos es un objetivo estratégico para Europa 2020, mejorando así la salud de las personas y controlando de esta forma el cambio climático. A pesar de los grandes esfuerzos para reducir los niveles de sustancias peligrosas en el aire, los límites legales establecidos por la Comisión Europea todavía están lejos de alcanzarse, lo que hoy en día supone un desafío, han añadido. AIDICO sostiene que una de las tecnologías sostenibles más prometedora hasta ahora es el empleo de materiales de construcción con actividad fotocatalítica descontaminante y autolimpiante.
Se trata de aplicar catalizadores activos en materiales de construcción que bajo acción de la luz solar o artificial son capaces de descontaminar el ambiente, llevando la concentración de estos gases (principalmente óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles) a niveles inferiores a los límites legales. Esa tecnología ha demostrado ser capaz de reducir la cantidad de contaminantes peligrosos del aire hasta un 80%, han explicado.