Químicos industriales que afectan al desarrollo neuronal de los niños
Nuestro cuerpo alberga unas 300 sustancias químicas contaminantes. Cada día nos vemos expuestos a numerosas sustancias peligrosas para la salud: productos de limpieza, maquillajes, ropa, alimentos con pesticidas… y las mayores víctimas, los niños.
Según un artículo de la revista científica The Lancet, y cuyos autores son científicos de las universidades de Southem Denmark, Harvad y del Hospital Mount Sinai, hay químicos industriales con los que convivimos que ponen en peligro el desarrollo neurológico de los niños.
Los autores confirman que existen cinco químicos industriales que pueden ser clasificados como neurotóxicos durante el desarrollo del cerebro: el plomo, el metilmercurio, el arsénico, los bifenilos policlorados y el tolueno. Y lo peor es que son sustancias que están muy presentes en nuestra vida. El plomo lo podemos encontrar en medicamentos, alimentos, agua, cerámicas... El metilmercurio en pescados, por ejemplo; los bifenilos policlorados están en fluorescentes o electrodomésticos antiguos; el tolueno en elementos tan variados como evestimientos, fragancias sintéticas, adhesivos y gomas, tintas, agentes de limpieza, quitamanchas, en la producción de polímeros empleados para fabricar botellas de plástico, nylon y poliuretanos, en productos farmacéuticos, colorantes, anticongelantes, productos cosméticos para uñas, perfumes, lacas, en ciertos procesos de imprenta, curtido de cuero y en la síntesis de productos químicos orgánicos. El arsénico está presente en marisco, pescados, en el agual... Casi nada.
Componentes que nos rodean y que los podemos encontrar también en los juguetes de los niños. Un Mundo químico, como definen los autores donde los niños no están a salvo, evidentemente.
El estudio van más allá, y analizan cómo afectan estos químicos en el desarrollo del cerebro de los niños y el peligro real que existe. Así lo expresa también Alberto Marcos Dolado, coordinador del Grupo de Estudio de Neurología del Trabajo de la Sociedad Española de Neurología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, para el diario El Mundo, haciendo referencia al informe publicado recientemente: "Es un aviso a las autoridades, un llamamiento para que investiguen más la exposición a estas sustancias"
Philippe Grandjean, uno de los autores del estudio sostiene "Ya tenemos métodos para determinar si una sustancia química puede dañar el cerebro y lo que tenemos que hacer es usarlos y actuar según la información que obtengamos. Si no lo hacemos, creo que esta generación venidera tendrá un buen motivo para no perdonarnos".
Marco Dolado apunta también que hay que ser cauto a la hora de atribuir solo a causas ambientales el aumento de problemas neurológicos infantiles, como la dislexia, el autismo o el trastorno de déficit de atención por hiperactividad, ya que hay causas genéticas que influyen en estos comportamientos.
La gran duda que nos planteamos es ¿qué se puede hacer frente a esta situación? Si estamos rodeamos por cientos de tóxicos que pueden influir en nuestra salud ¿cómo debemos acturar? Los autores llaman a un plan de acción basado en:
- Hacer pruebas obligatorias de todos los químicos industriales y pesticidas en el mercado para garantizar su neuroseguridad.
- Que exista una ley que oblige a probar cualquier sustancia nueva antes de que entre en el mercado.
- Creación de un nuevo organismo para estudiar esta neurotoxicidad, como ocurre con la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer de la OMS.
En declaraciones para El Mundo, Grandjean señala algunas medidas que podemos adoptar mientras llegan legistaciones al respecto: "Los padres pueden ir haciendo cosas por su cuenta, como comer fruta orgánica, consumir marisco que esté en la parte de debajo de la cadena alimenticia en lugar de atún, evitar usar sprays de pinturas y pesticidas en el jardín..."
Marcos Dolado cree que son las madres expuestas a químicos en sus entornos de trabajo las que más cuidado han de tener. "Se puede empezar por evitar sustancias igual de tóxicas y muchos más visibles, como el tabaco, algo que aún no se hace".
Fuente: EL MUNDO
Fotografía: 20minutos.es