Cómo reconocer la hiperactividad en un niño
Cinco de cada 10 niños padecen hiperactividad y más de la mitad no están diagnosticados como tal, lo que resulta que sean tratados como niños con problemas de conducta sin ningún tipo de tratamiento.
¿Cómo podemos saber si el niño es simplemente nervioso o presenta un trastorno de déficit de atención?
Los niños con hiperactividad son niños que desde que nacen son inquietos y nerviosos, no duermen bien o lloran, parecen muy inteligentes porque suelen hablar mucho y con desparpajo, y aparentemente su desarrollo ha sido normal.
Cuando empieza la etapa escolar comienzan los fracasos. Aparecen quejas de que no presta atención, hasta el punto de que a veces son enviados al otorrino para realizar una audiometría porque se le considera con problemas de audición, por hacer caso omiso a las réplicas de los maestros.
A continuación, enumeramos los distintos síntomas que debe tener un niño hiperactivo (al menos 6 de ellos):
- Suele mover en exceso manos y pies y está inquieto cuando está sentado.
- No es capaz de estar sentado cuando debe.
- Corre o salta en situaciones en las que resulta inadecuado hacerlo.
- Experimenta dificultades para jugar tranquilamente o dedicarse a actividades de ocio.
- Habla excesivamente.
- Dan respuestas precipitadas, antes de que las preguntas se acaben de formular.
- Puede tener dificultades para aguardar su turno en cualquier situación, es impaciente.
- También suele entrometerse o entorpecer los asuntos de los demás, tocan cosas que no deben, hacen payasadas, contestar inadecuadamente...
Una vez descritas las características que pueden presentar, aunque pueden variar según el niño, se puede comprender perfectamente que sean niños que suelen ser el punto central de las discusiones familiares, puesto que son niños que "desquician" fácilmente y no siempre se sabe como tratarlos, por lo que se producen constantes enfrentamientos en la familia.
Por tanto, hay que tomárselo con paciencia y saber que el trastorno suele ir mejorando con la edad, aunque existen aún alteraciones en la vida adulta, casi en una tercera parte de los casos.
Por último, se conoce que cinco de cada cien niños presentan hiperactividad, aunque desgraciadamente la mayoría no son diagnosticados, y por ello se les trata como niños torpes, maleducados, consentidos, o simplemente caracteriales. Se les clasifica como niños con problemas de conducta, cuando en realidad son niños que necesitan un tratamiento especial y, sobretodo un diagnóstico adecuado.
Redacción: Generación Natura