Descubren un hueso del Paleolítico tallado con las figuras de dos caras humanas
Investigadores del CSIC, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha descubierto un hueso tallado en el que aparecen dos caras humanas en el yacimiento arqueológico de Tell Qarassa (Siria). En la investigación también han participado investigadores de la Universidad de Cantabria y del Centre National de la Recherche Scientifique de Francia.
El fósil tiene unos 10.000 años de antigüedad, Y refleja la evolución del arte figurativo y el cambio de mentalidad de las primeras comunidades de agricultores y ganaderos respecto a los últimos grupos de cazadores recolectores.
Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Antiquity. Para el investigador del CSIC Juan José Ibañez, de la Institución Milà y Fontanals, la iconografía de los cazadores‐recolectores en el Paleolítico consiste principalmente en representaciones naturalistas de animales, mientras que la figura humana, salvo escasas excepciones, es mucho más esquemática. "A medida que comienzan las transformaciones económicas y sociales que llevan al Neolítico, las representaciones simbólicas comienzan a centrarse en la imagen humana y aparecen las primeras representaciones naturalistas de rostros humanos, como los que hemos encontrado en Tell Qarassa”, explica el investigador.
La talla encontrada en Siria mide 51 milímetros de largo, 17 de ancho y 7 de grosor. Está fabricada a partir de una costilla de gran bóvido, probablemente un uro euroasiático, y fechada alrededor del año 8200 antes de nuestra era. Las dos caras están dispuestas una sobre la otra en sentido vertical y muestran las mismas características: frente alta y despejada, arcos superciliares bien definidos, ojos cerrados, nariz larga y recta conectada con la frente, boca pequeña hecha con una incisión corta y recta y barbilla curva. Ambos rostros carecen de pelo y de orejas.
Este tipo de representaciones faciales aparecen tanto en esculturas monumentales en la transición del Paleolítico al Neolítico como en los denominados cráneos modelados, cráneos de antepasados sobre los que se reproducen por modelado los rasgos anatómicos. En ambos casos, “la representación de la cara sirve para potenciar el vínculo de los vivos con seres sobrenaturales. Se trata de un tipo de relación simbólica que supone una de las innovaciones clave asociadas al origen del Neolítico”, apunta el experto Juan José Ibanez
Fuente: CSIC