La mala educación de los gatos frente a los perros
Los gatos son animales territoriales e independientes y no están preparados para obedecer órdenes: ni su naturaleza ni sus genes están programados para ello.
"Un gato no espera órdenes porque no las necesita, ni las utiliza para desenvolverse en su vida diaria", explica Emily Badaraco, auxiliar veterinaria y especialista en gatos. Los felinos no son animales gregarios, sociales y jerárquicos como los perros y, por tanto, no necesitan someterse a las directrices de un líder.
Un gato no aprende órdenes de obediencia básica, como siéntate, dame la pata o ven, pero se le puede orientar sobre lo que no debe hacer en casa, como subirse a la mesa o tirar objetos al suelo con la pata. En este artículo se explica por qué los gatos no acatan órdenes y la importancia de la educación para corregir malos hábitos del felino.
El principal cometido de la educación del gato como mascota es conseguir que acate ciertas pautas con el fin de evitar comportamientos indeseados, como que se suba a una mesa con comida o arañe el mobiliario de la casa.
Para conseguir que el felino respete ciertas nomas en casa pueden utilizarse los castigos indirectos, que consisten en emitir un estímulo que resulte desagradable para el gato, como un ruido inesperado o mojarle con agua de modo ligero, con ayuda de un difusor.
Esta técnica se debe utilizar en el momento en el que el gato practica la conducta inadecuada y hay que procurar que no sea consciente que el estímulo que le resulta desagradable lo emiten sus dueños. Las caricias y las palabras amables, después, reforzarán el vínculo con el gato, y logran un mayor entendimiento con él.
En caso de que el gato escoja algún elemento de la casa con el que afilar sus garras, como una alfombra o silla vieja que los dueños puedan cederle para ese menester, la cuestión de lograr que el gato se afile las uñas en el lugar adecuado queda resuelta. No obstante, hay que educar al gato para que comprenda que solo puede afilar sus uñas en ese objeto.
Por otro lado, un gato se comportará de manera adecuada sin que sus dueños lo eduquen a la hora de hacer sus necesidades en el lugar adecuado, si tiene acceso a un accesorio fundamental para su higiene: una bandeja con arena para gatos donde hacer sus deposiciones.
El gato es carnívoro y necesita una alimentación rica en proteínas para satisfacer tanto su paladar como sus necesidades nutricionales y cuidado de pelo y uñas. Si el felino se alimenta de manera inadecuada, puede tratar de resolver sus carencias dietéticas con robos en la basura, sobre todo cuando puede conseguir carne, pescado o pollo.
Una investigación científica publicada en la revista 'New Scientist' comparó los resultados de los estudios que se han llevado a cabo para medir las capacidades y cognición de gatos y perros. Este estudio concluye que el gato es más independiente y solitario, además de tener una menor trayectoria como animal domesticado, alrededor de 9.500 años frente a los 16.000 del perro.
A diferencia de los gatos, los perros han aprendido a acatar órdenes, porque son animales gregarios y jerárquicos que precisan de un líder para convivir en sociedad. Por ello, su domesticación es más sencilla que en el caso de los felinos.
Fuente: Consumer