Las peleas de perros y su complicado rastreo
Las peleas de perros implican el sufrimiento y muerte de miles de animales cada año. Esta actividad es perseguida por la policía con el objetivo de detener a los implicados y organizadores, que siempre actúan de forma clandestina e ilegal.
Los encargados de organizar las peleas de perros no corresponden a un único perfil, sino que obedecen a un perfil diverso. Oscar Fernández, portavoz del SEPRONA explica: "Los hay con un nivel socio económico alto que participan en estas apuestas como una forma de diversión al límite", pero "también hay personas con escasos recursos económicos y formación".
Pese a ser constantemente perseguidos e investigados, la clandestinidad ampara a los participantes de las peleas caninas, que además emplean Internet como una herramienta muy útil a la hora de convocar y organizar las reuniones y peleas.
Existen más dificultades para la localización de los cabecillas, como por ejemplo que las detenciones de estos solo puede ocurrir si se localizan cometiendo el delito, es decir, descubriéndolos en plena pelea in fraganti.
La ubicación de las peleas suelen organizarse en un lugar distinto cada vez, van variando de localización y según María González, veterinaria de la asociación Igualdad Animal: "suelen practicarse en barrios urbanos marginales, donde es difícil denunciar la situación.
Por último, las peleas de perros están consideradas delito en España. Reflejado en el Código Penal español en su artículo 337 el maltrato a los animales.
El cual dice: "El que por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente a un animal doméstico o amansado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud, será castigado con la pena de tres meses a un año de prisión".
También existen leyes de protección animal específicas por las distintas comunidades autónomas, que recogen como falta muy grave la organización de peleas de perros. En el caso de la Comunidad de Madrid, se sancionan con multas de más de 12.000 euros.
Fuente: Consumer