La Sal de la Tierra
La Sal de la Tierra (Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado, 2014)
Una mirada del mundo.
La última película de Wim Wenders es una coproducción de Francia, Brasil, e Italia. Ha sido codirigida con el hijo mayor de Sebastião Salgado, Juliano Ribeiro Salgado, que también es fotógrafo. Por tanto, quienes han puesto en imágenes el retrato artístico y humano del acreditado profesional de la imagen plástica no han tenido reparos en aproximarse a su naturaleza humana pese a la proximidad familiar, a la cercana esfera privada. En realidad este hermoso y sensible documental persigue la mirada del mundo, de las personas, los animales y árboles...Por ello mismo, va más allá de las consideraciones estéticas que manifiestan las fotografías. Wim Wenders y Juliano Ribeiro ofrecen un estimulante juego de espejos entre Sebastião Salgado y el espectador bien desde la interpelación directa o bien a través del reflejo que presentan los cristales de las fotos del artista brasileño.
Asimismo, los protagonistas de las imágenes fotográficas invitan a la mirada de su rostro, sus ojos, su alma. Esa mirada va dirigida hacia el espectador que, a su vez, originariamente, es la de Salgado. Se trata de un documental que brinda la capacidad de observación de Wim Wenders y Juliano Ribeiro cuya emotiva e intensa veneración hacia Salgado trasciende el retrato humano para derivar a un discurso universal y humanista.
Tal vez se podría señalar una pega a la película: hay algunos momentos que parecen desviarse del hilo conductor de la obra plástica de Salgado (el reportaje con su hijo en la captura de imágenes de los leones marinos). Y pese a que hay detractores sobre la excesiva estilización de algunos motivos duros creemos, sin embargo, que pretenden un efecto de distanciamiento para tomar conciencia de esa mirada del mundo.
Es, para mí, uno de las mejores películas de los últimos tiempos. Un documental que alienta una mirada sosegada y refinada sobre la naturaleza humana y su entorno, sobre la capacidad de amar, de vivir, pero también destruirse asimismo y aquello que lo rodea.
El título del documental responde a un espíritu positivista que apela a la recuperación del bien más preciado que tiene el ser humano: la vida. Las últimas y serenas imágenes que cierran la película nos regalan el placer visual de los parques naturales recuperados. Así pues, al final, el espectador disfruta de una mirada contemplativa de la naturaleza, un gesto ecologista que se nos antoja importante en los tiempos que corren.
Artículo de Pablo Ferrando, Profesor de Comunicación en la Universidad Jaume I de Castellón, www.ujiapps.uji.es