Las estepas
En zonas templadas alejadas del mar, con clima continental y precipitaciones insuficientes para permitir el desarrollo de los árboles, se instalan formaciones abiertas con abundante sustrato herbáceo de gramíneas bajas, frecuentes en la zona central de Asia y Norteamérica, siendo la pradera norteamericana un buen ejemplo de este bioma.
Los suelos de las estepas se encuentran entre los más fértiles del mundo, de hecho son mucho más ricos en humus que los suelos forestales equivalentes, ya que el breve ciclo vegetativo de las plantas herbáceas produce una importante acumulación de materia orgánica, a lo que se suma el depósito de sales minerales en capas superficiales debido una evaporación que supera a la pluviometría, lo que se traduce en ausencia de lavado hacia capas inferiores.
Las estepas de las zonas templadas, antaño pobladas por grandes herbívoros, han sido desde hace mucho tiempo utilizadas por el hombre para la caza incontrolada, el pastoreo o el cultivo de cereales en aquellas zonas en las que la pluviometría lo hacía posible. La sobreexplotación de estas regiones ha conducido hacia su degradación irreversible y su transformación en desiertos.
Fotografía: Le.Loup.Gris www.commons.wikimedia.org
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