La alta montaña
La zonación escalonada de los ecosistemas que se sucenden según un gradiente altitudinal de temperatura y humedad al ascender a las grandes cordilleras, es equivalente a la distribución latitudinal de los biomas, de manera que vamos pasando de las formaciones boscosas en las zonas bajas a las arbustivas en las intermedias, las herbáceas en las altas y las áreas rocosas y de hielos perpetuos culuminantes: estos últimos presentan muchas similitudes con los biomas de las zonas frías.
Las montañas reúnen así un conjunto de gran valor ecológico que ha proporcionado, desde tiempos prehistóricos, recursos energéticos (combustibles), materias primas (madera), frutos, recursos cinegéticos, medicinales y espirituales al abrigo de un buen fuego, a las poblaciones de Homo sapiens que se han asentado en ellas.
Un aspecto asociado a las altas montañas en el último medio siglo, ha sido el afán de alcanzar sus cumbres por parte de montañeros de países desarrollados, conducidos por guías locales, como los sherpas en la cordillera del Himalaya, protagonizando gestas inmortalizadas por la literatura y el cine.
Fotografía: Dhaag23 www.commons.wikimedia.org
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